ALGO QUEDO DE MI EN EUSKADI ( II )

                       Entre vino y vino seguíamos mezclando, presente y pasado, recuerdos y emociones Luis aprovechaba cada pausa para decirme lo feliz que se sentía ahora, en una etapa de su vida, de la que pensaba que solo le quedaba, el tramo final del camino. Desde luego algo había cambiado del pasado año a este. Tenia ilusión tenia planes de futuro. Me alegraba profundamente.

                       Me comento con gran dolor, que no hacia un mes, un compañero y amigo con el coincidimos en muchas ocasiones, no había aguantado la presión actual en la que se encuentran muchos compañeros por la incertidumbre y quien sabe por que razones. 

                       

                       Me dijo, sabes el "malaguita" apodo cariñoso con el que le conocíamos, se ha suicidado. Mi mente, se estremeció, nos quedamos mudos los dos. No hacían falta las palabras. De repente se te agolpan un montón de recuerdos, un escalofrió te recorre el cuerpo. Y solo puedes tomar otro trago de vino.

                       Cuando ya llevabamos casi un mes, y pudimos salir del hostal donde nos alojábamos, desde que llegamos, conseguimos un piso alquilado en una "buena zona", nuestra rutina diaria no tenia desde luego nada de rutina, nos levantábamos a las 6 de la mañana, lo primero por supuesto era revisar nuestro vehículo de arriba a bajo, bajos, puertas, pases de rueda, con minuciosidad tal y como nos habían enseñado, pero claro no era lo mismo en la academia, que un frió y lluvioso día de febrero junto a la ria de Bilbao.

                       Aquel 22 de febrero teníamos que ir a Vitoria, nuestro VIP como se les llamaba habitualmente a las personas a las que protegíamos. Tenia que ir a Vitoria para una reunión, las generales estaban próximas y no sabíamos lo largo que seria aquel día.

                       Llegamos a Vitoria y lo habitual, plantones en la puerta de la sede del partido esperando al vip, acompañamiento a la cafetería, revisando todos los rincones, con mil ojos por la calle, para que aquella persona que solo trabajaba por una sociedad mejor, pudiera hacer su vida  y su trabajo.

                       Llego la hora de la comida, después del café, volvíamos a Bilbao, hoy terminaríamos pronto, eso creíamos.

                      Sobre las cuatro y media de la tarde, se escucho un ruido enorme y seco, era una explosión, todos los que estabamos en la puerta del hotel esperando que salieran nuestros vips. Nos quedamos mudos quietos, No sabíamos  que había pasado pero estábamos seguros de que aquello era un atentado, Pero la mente te bloquea el miedo y de repente en décimas de segundo, sales corriendo al lugar donde esta tu vip para recogerlo. Idas y venidas, carreras, móviles sonando, buscas. Todo el mundo buscando información de que había pasado. De repente nos fijamos en una columna de humo que se veía próxima a donde nos encontrábamos. Sirenas de patrullas de la Policía Autónoma, Ambulancias.

                     Empezaban a llegar noticias confusas, cogimos a nuestro vip lo metimos en el coche, y nos dirigimos a la sede de su partido.

                     Por fin en el coche recibimos la confirmación, un coche bomba colocado por ETA habia asesinado al portavoz socialista Fernando Buesa y a su escolta Jorge Diaz, ertzaina (policia autonoma vasca) que protegía habitualmente al político.

                     Nuestro vip en la parte trasera del vehículo, se echo a llorar como un niño. Nosotros solo podiamos apretar los dientes. con una impotencia desmedida, con una rabia interior. indescriptible.

                                                                                                                                            ..............

                      

                ALGO QUEDO DE MI, EN EUSKADI. (I)

PROLOGO

                 Sirva este relato, como pequeño homenaje a tantos hombres y mujeres que durante años sirvieron como Escoltas Privados en el País Vasco. Como refuerzos y en colaboración de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Vaya para ellos también mi reconocimiento, Para los que ya no están, para los que sufrieron, en propia persona y para los que están día a día, en cumplimiento de su deber. Por que aunque seamos de otros lugares. Algo ha quedado de nosotros en esas tierras.

RELATO ( I )

                 De nuevo me encuentro en estas tierras del norte, donde tantos amigos quedaron en el camino, y tantos recuerdos han quedado grabados en mi mente. paseando por la ribera, calándome de aromas, de sensaciones, de recuerdos,  y de fina lluvia o txirimiri como gustan decir por aquí.

                 En este trance de recuerdos, una voz familiar llamo mi atención, mi amigo Luis!. compañero de tantas y tantas horas, de duros días de trabajo, perdidos en los bellos parajes del país vasco, pero que por aquellos entonces no podíamos disfrutar, por la naturaleza de nuestro trabajo.

                  Luis al igual que yo, llego al país vasco por el 2000, llegábamos ilusionados y conscientes de que nuestro trabajo allí no gozaba de muchas simpatías, por parte de alguna gente intransigente y desde luego nada razonable. Que defendían sus razones, con miedo, sangre y sufrimiento de una gran parte de la gente noble que tienen constituidas allí sus raíces.

                 Con nuestras titulaciones como escoltas privados, llegamos con el ímpetu de realizar una buena labor, ademas de un buen trabajo. No nos podíamos imaginar lo que allí nos esperaba.

                 Luis, me dio un abrazo enorme, nos emocionamos de vernos después de tanto tiempo, teníamos muchas cosas que contar y recordar, así es que tomamos camino de las siete calles, para acompañar nuestra charla con unos riojas y unos pintxos.

                 Desde hacia al menos un año que no hablaba con el, entonces se encontraba perdido, casi rendido ante la vida, Luis tuvo que pre-jubilarse por enfermedad, quizás causada por el exceso de horas de trabajo, tensión, stress y circunstancias personales. Siempre había sido extrovertido, activo y desde luego no era ni la sombra del que yo conocí.

                Pero ahora note en el cierto halo de ilusión, de ganas de vivir la vida de nuevo, fue lo primero que le pregunte. Se me acerco al oído y, como si estuviéramos en un confesionario, me susurro, es que estoy enamorado. No pude por menos que echar una sonora carcajada. Le dije, siempre has sido muy romántico y seguí sonriendo. Luis era un ser muy profundo, muy reflexivo. era ante todo una gran persona.
                Continuo diciéndome, no te rías, es en serio y creo que ahora si, que es la persona que esperaba encontrar. Me dijo que era especial, que tenían complicidad, que era maravillosa. que....

                 Tuve que frenarle, realmente empezaba a ser el Luis que conocí aquella tarde de febrero en las oficinas de la Empresa que nos contrato.
                 Recuerdo que como perdidos, andábamos buscando la sede de la Empresa, y cuando conseguimos encontrarla y pasamos al despacho del jefe. Nos dio una dirección, un arma, munición, con toda su documentación, y nos dijo empezáis a las 16:00 h.

                  Teníamos aun reciente, las imagenes  en los informativos, del atentado de ETA en enero del 2000 contra el Teniente Pedro Antonio Blanco en Madrid. Ciudad de la que procedíamos los dos.

                  Empezaba un poco la psicosis, nos veíamos, recién llegados, con un arma en la cintura y con la premisa de tener que proteger a una persona, fue en ese momento, cuando nos dirigíamos a la dirección que nos había dado la empresa, que era el domicilio de un concejal, de un pueblecito cerca de Bilbao. Cuando nos dimos cuenta de la magnitud de nuestra responsabilidad, de donde estábamos realmente, de la indefension y el desconocimiento que teníamos. De repente Luis me dijo, " majo ya estamos en zona de guerra, las orejitas y e olfato tiesos" de nuevo conseguía arrancarme una sonrisa, sacándome de los miedos que ya se estaban instalando en mi mente.




               
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